El 22 de noviembre se conmemora la sanción de la gratuidad universitaria en Argentina. Este logro se alcanzó en 1949 cuando el entonces presidente Juan Domingo Perón, a través de un decreto, comprometió al Estado nacional a proporcionar los recursos necesarios para este propósito. Aunque la gratuidad no obtuvo rango constitucional hasta 45 años después, su implementación en 1949 resultó en un aumento exponencial de la matrícula estudiantil, pasando de 66,212 estudiantes en 1949 a 135,891 en 1954.
El camino hacia la gratuidad fue complejo, con raíces en luchas que se extendieron durante décadas, siendo un antecedente crucial, la Reforma Universitaria de 1918. Esta gesta estudiantil, con epicentro en la Universidad Nacional de Córdoba, buscaba la reforma social y la democratización.
Aunque en 1918 se presentó un proyecto de ley para establecer la gratuidad, este no llegó a tratarse en el congreso. Transcurrirán los años, y todas las universidades argentinas (Buenos Aires, Córdoba, Cuyo, La Plata, Tucumán y Del Litoral) eran públicas y aranceladas. Fue a partir del del Decreto Presidencial N° 29.337 en 1949, que se estableció la gratuidad en todas las universidades públicas del país, con un compromiso gubernamental para su financiamiento. Además, se otorgó carácter institucional a la autonomía universitaria propuesta décadas atrás por los reformistas. Sin embargo, la gratuidad fue anulada en gobiernos de facto y recuperada definitivamente con la apertura democrática de 1983. Adquiere jerarquía constitucional para el año 1994, manteniéndose hasta hoy.